CIUDAD DE MÉXICO (22/NOV/2010).- La calidad de la educación que hay en México, la deficiente infraestructura, la desigualdad y las “reglas del juego que gobiernan el sistema educativo” no están ayudando a resolver los problemas de corrupción, delincuencia, violencia institucional ni a mejorar la participación política, señala el estudio de la Coalición Ciudadana por la Educación. Educación sin grilla.
La agrupación que prevé sumar a un millón de ciudadanos, asegura que la forma en que hoy opera el sistema educativo en nuestro país hace que “un porcentaje importante de estudiantes en México no esté aprendiendo los contenidos mínimos para poder desarrollar sus capacidades”.
Aún cuando se invierten recursos de forma creciente, prevalecen problemas como la reprobación y la alta deserción, estiman que 26 de cada 100 estudiantes reprueban al menos un grado; y 44 de cada 100, en educación indígena.
Detallan que al medir la calidad del sistema, lo que se advierte es que dos terceras partes de los niños de primaria apenas alcanzan conocimientos “elementales o insuficientes” en matemáticas y español; mientras que en alumnos de secundaria el promedio aumentan hasta en 90%.
Entre los jóvenes de entre 15 a 29 años se advierte que uno de cada cuatro no ha concluido la primaria ni la secundaria y en el último año alrededor de 700 mil jóvenes dejaron la escuela. Esa situación abrió paso a un nuevo grupo de 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan conocidos como “ninis”.
En términos laborales, señala el estudio, hace que cuando consiguen un empleo sus ingresos por hora sean de apenas ocho pesos por hora, mientras que los que alcanzan la educación superior reciban por arriba de 59 pesos en promedio por hora.
La desigualdad de oportunidades, que se acentúan aún más entre las comunidades indígenas; y por último, ubica a la “dificultad de comprender la magnitud de este problema” como una barrera para que los padres de familia demanden mejoras al sistema. Que 60% de los padres de familia estén “satisfechos” del servicio educativo y que solo 36% considere que la educación pública es “mala o muy mala” los hace estar conformes con la educación que reciben sus hijos.
MI OPINIÓN:
La situación que se vive hoy en torno a la calidad de educación es muy lamentable, ya que se estima que por lo menos el 15% de la población del país es analfabeta, cuando se ha propuesto desde hace años a erradicar el analfabetismo; sin embargo no se ha logrado.
Se hace notoria la incapacidad del sistema para retener a los alumnos matriculados dentro de algún nivel educativo, lo que hace que el índice de rezago educativo siga en constante evolución. Lo que con el tiempo traé consecuencias, ya que vivimos en una sociedad cambiante, que exige ciertos grados de escolaridad para poder anexarse a la población socialmente activa, y cuando los individuos no cumplen con el requisito, sus posibilidades de tener acceso a trabajos en los que puedan aumentar, el salario se reducen, y por consecuencia se ven limitados en muchos aspectos y uno de los principales es darles una educación completa a sus hijos. De tal manera en la que se va formando un círculo vicioso.
REFERENCIA:
Guzmán, José Luis. Lunes 22 de noviembre de 2010, texto recuperado el día 27 de noviembre de 2010. Dos de cada tres niños de escuelas primaria solo alcanzan el conocimiento elemental. Periódico en línea “El Informador” http://www.informador.com.mx/mexico/2010/250874/6/dos-de-cada-tres-ninos-de-escuelas-primaria-solo-alcanzan-conocimiento-elemental.htm. México Distrito Federal. 2010.
El problema de la calidad educativa está en manos del sistema educativo no del SNTE, sindicato al que se le tiene que limitar el poder. Es preocupante saber que un porcentaje importante de estudiantes en México no está aprendiendo los contenidos mínimos para poder desarrollar sus capacidades. Esto es porque además de la baja calidad del sistema se identifican cuatro “lastres” que hacen más difícil que México cuente con recursos humanos calificados y un sistema educativo como mecanismo de movilidad social. El primero es la exclusión de jóvenes de la educación media superior y superior. El segundo “lastre” es el rezago educativo en el que viven más de 30 millones de mexicanos es decir el 44% de la población que son analfabetas, no concluyeron la primaria o la secundaria. El tercer “lastre” de la educación mexicana es la desigualdad de oportunidades, que se acentúan aún más entre las comunidades indígenas; y por último, la “dificultad de comprender la magnitud de este problema”, la cual está en manos de los padres de familia, ya que deben demandar mejoras al sistema.
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